Esta es una serie sobre Larry David, co-creador de Seinfeld, y su vida real. La cámara le sigue allá donde va recogiendo todas las anécdotas que le ocurren a este tipo, su mujer y sus amigos y conocidos.
Larry es un personaje-persona que me recuerda mucho a Woody Allen. Se mueve como Woody Allen, a veces es ridículo y da pena y risa a la vez como Woody Allen, pero no habla de judaísmo, sexo y psicoanálisis como Allen, sino de judaísmo (que no falte) y... filosofía de lo cotidiano. Es decir, sus conversaciones se generan en la observación de los usos y costumbres sociales y se alimentan del cuestionamiento de la lógica y el sentido de tales convencionalismos. En definitiva los diálogos se basan en los mismos temas que se usan en los monólogos de la stand-up comedy, mundo que Larry David conoce perfectamente (repito: él co-creó a Seinfeld).
Larry es un personaje-persona que me recuerda mucho a Woody Allen. Se mueve como Woody Allen, a veces es ridículo y da pena y risa a la vez como Woody Allen, pero no habla de judaísmo, sexo y psicoanálisis como Allen, sino de judaísmo (que no falte) y... filosofía de lo cotidiano. Es decir, sus conversaciones se generan en la observación de los usos y costumbres sociales y se alimentan del cuestionamiento de la lógica y el sentido de tales convencionalismos. En definitiva los diálogos se basan en los mismos temas que se usan en los monólogos de la stand-up comedy, mundo que Larry David conoce perfectamente (repito: él co-creó a Seinfeld).
La gracia del asunto consiste tanto en escuchar los chispeantes diálogos como en observar las situaciones comprometidas en las que Larry se mete de las formas más peregrinas.
Como nota final y curiosidad quiero añadir que esta serie se rueda sin guión, tan solo se les da a los actores unos esbozos de lo que tienen que hacer, se enciende la cámara y se improvisa.
¡Qué lo disfruteis!
